¡Muchas gracias a los que me leéis! Estoy muy contento con vuestras visitas. Me motivan a seguir adelante. ¡Gracias!
Os voy a contar un poco por encima la historia del paraje del Descargador. Este lugar es muy especial para mí porque fue allí donde pasé mis primeros años de vida.
Hace muchos años, existió una estación de ferrocarril llamada El Descargador.
Tenía su vía por donde pasaba y distinto ramales, difurcaciones, cambios de vías y cruzaminetos que, a lo largo y ancho de los terrenos, eran precedidos por muelles de cargas y de descargas.
Para acceder a esos lugares había dos entradas. La primera era por la derecha, en dirección al Llano, cruzando la RM. F-43 hasta en dos ocasiones. La segunda estaba por la izquierda. Se cruzaba por dos pasos a nivel.
El siguiente paso era elevado sobre la vía general con una gran rampa la cual era subida por grandes carros tirados por caballos y por mulas, lo cual era muy difícil en ocasiones.
Una vez que los carros se subían, los arrieros que tiraban de ellos se dirigían a los muelles donde descargaban el mineral abriendo las bolsas que los contenían que eran de tejido de pleita con transversal cilíndrico acordonado por unas cuerdas que, al tirar de ellas, se vaciaban.
Estoy hablando de la década de 1920. No existían en la zona del Descargador más que caminos de tierras sin asfaltar. Era muy difícil que no hubiera un accidente con los carros. Los animales solían tropezar con las piedras del camino y se caían. Se arruinaba el trabajo de todo un día.
Los dueños de los pozos eran los partidarios. Los partidarios eran un grupo de personas que explotaban las minas y se repartían las ganancias a partes iguales. Algunos partidarios abandonaban el grupo antes de tiempo para irse a Cartagena a cobrar antes y no esperar a los trenes que llegaban a los muelles.
Los trenes eran cargados por el peonaje y se llenaba entre quince o veinte vagones. Los mineros cobraban muy poco. Unas pocas pesetas por tan duro trabajo...
Hacia finales de la década de 1920, el mineral empezó a trasladarse hasta los partaderos del Porvenir. Estas maniobras se realizaban cuando el jefe daba el aviso por medio de un telefonema (un libro muy grande donde se apuntaban las entradas y las salidas de trenes con minerales) a la estación del Descargador. Y de ahí pasaba a la estación contigua. Estos traslados se hcían a unas horas muy concretas, cuando no venía ningún tren de la estación de Cartagena.
Poco a poco, los trenes mineros fueron desapareciendo al aparecer los camiones, que realizaban el trabajo de manera mucho más sencilla.
Para no aburriros con esta entrada, he omitido algunos detalles que iré contando más adelante.
Vista del monte del Sancti Spiritus cubierto por la niebla en la zona del Descargador. Todavía no existían los molinos de viento que se pueden ver y que dan la corriente.
Como ya no quedan restos de la estación del Descargador, que acabó desapareciendo, os voy a mostrar una foto de una maqueta que hice de la estación.
Hasta pronto.
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