Se puede decir que la chimenea es la mascota del blog.
Desde sus inicios, han tenido mucha importancia. He dedicado entradas a las distintas chimeneas que podemos encontrar esparcidas por nuestra Sierra Minera.
De hecho, una chimenea, la misma que podéis ver yendo en dirección hacia el Instituto Sierra Minera tuvo el detalle de contarnos su historia.
Aquí os traigo dos fotos de nuestra amiga que ha tenido el detalle de regresar para contarnos un poco más su historia.
Le toca ahora hablar a ella.
¿No sabéis que mi estructura se mueve cuando sopla una fuerte ventisca? Pero no me caigo gracias a las buenas raíces sobre las cuáles fui construida hace ya más de 153 años.
Mientras el tiempo quiera, permaneceré aquí. Nadie puede tirarme. Me levantaron poco a poco. Si algún día desaparezco será también poco a poco. ¡A ver quién se atreve a hacerme algo! Porque no ofrezco ningún peligro. He visto como mis compañeras, La Cónica y La Cuadrada, desaparecían.
Quedan muchas chimeneas que evocan el pasado minero de nuestra ciudad y es bonito rendirles un sentido homenaje.
Invito a las organizaciones a que hagan algo para conservarnos. Porque es muy bueno que las futuras generaciones sepan de nuestra Historia.
Ésta soy yo. Como podéis ver, la naturaleza sigue su curso una vez que ha cesado la minería. Estoy rodeada de montes donde crecen verdes matorrales.
Y aquí estoy yo también. Puedo parecer otra chimenea en otro lugar distinto, pero os aseguro que soy yo. Y estoy en el mismo lugar que siempre. Lo que pasa es que aquí el terreno aparece más seco. Tenemos un clima muy seco y es raro que llueva. Aquí lo que nos hace falta es más lluvia. Los montes y el campo lo agradecerán.
Le estoy muy agradecido a la chimenea por haber vuelto y habernos contado algo más acerca de su vida.
Espero que os haya gustado la entrada tan especial que he hecho.
Muy pronto, seguiremos paseando y conociendo más lugares con Historia de nuestra comarca.
No descarto que nuestra amiga regrese más adelante para seguir hablándonos de ella.
¡Hasta pronto!
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